"No me gustan los lunes".

Tantas veces he escuchado o leído a alguien diciendo "odio los lunes", incluso yo misma llegué a hacerlo, pero esto no es nada comparado con el verdadero odio que le tenía Brenda Ann Spencer, alguien que se tomaba esta frase muy en serio.

Proveniente de una familia disfuncional de San Diego, California, desde temprana edad fue una chica aislada a la que diagnosticaron con problemas de depresión que no fueron tratados y, en su lugar, se aislaba en la música cuando no estaba fuera cazando pájaros, pues tenía un gusto peculiar por las armas, lo que ocasionó que el lunes 29 de enero de 1979, tomara un rifle, regalo de su padre y asomara la mira por la ventana que daba directo a una primaria llamada Cleveland Elementary School.

Brenda Anne Spencer disparó.

Según sus palabras, aquellos niños que esperaban entrar a la escuela, le parecieron patos rodeando una charca y eso significaba un blanco fácil, casi como si se tratara del juego Duck Hunt y, para tener solo 16 años, tenía muy buena puntería, haciendo caer a ocho niños y al director de la escuela, quien logró salvar a otro niño. Del mismo modo, otro de los trabajadores de la escuela intentó audar al directos y, molesta por esta situación, Brenda siguió disparando hasta dejar a ambos sin vida.

Evidentemente, la policía llegó, rodeó la casa e intentó tomar medidas, pero solo lo lograron cuando a Brenda se le acabaron las balas; el tiroteo duró alrededor de seis horas y fue ella quien decidió entregarse. La prensa, que también había llegado a cubrir el atentado, se aproximó a ella para preguntarle la razón de sus acciones, a lo que ella simplemente respondió: “No me gustan los lunes. ¡Son tan aburridos! Solo lo hice para animarme el día”.

Acusada por dos asesinatos, le dieron una condena en prisión de 25 años y cadena perpetua en una de las penitenciarías de Califronia. Actualmente, todas sus posibilidades de tener libertad condicional se han visto negadas y tendrá una nueva oportunidad de una audiencia en el 2019.

Después de conocer esta historia que incluso llegó a formar parte de tiras cómicas y canciones, no estoy tan segura de decir que odio los lunes, ¿y tú? No lo sé, piénsalo.


Comentarios

  1. El lunes fue el elegido para ser el chivo expiatorio con el cual podemos justificar nuestro mal humor, estrés no liberado durante el fin de semana, o del odio de ver personas o realizar esas actividades que ya no queremos hacer más. Quizás el odio nace, al parecer, de que el lunes es la entrada, la bienvenida a nuestra rutina, el aviso de que volvemos a la realidad.
    O simplemente a alguien se le ocurrió quejarse en lunes y otra persona pareció estar de acuerdo y nace una leyenda. O solo nos queremos quejar. No se, eso pienso.

    ResponderEliminar
  2. Historias van, historias vienen. Culpar cualquier elemento externo, es la salida más cómoda de los pobres de espíritu. Una pena que gente inocente pague.

    ResponderEliminar
  3. Lo que pasa es que hay quienes abusan del alcohol el domingo y por eso no se pueden levantar el lunes, o amanecen con una resaca increíble. Por eso odian los lunes. Hay un refrán popular: "Los lunes ni las gallinas ponen".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares